Encontrados 60 resultados para: Jehú

  • Volvieron a comunicárselo a Jehú, y él dijo: "Así se cumple la palabra que el Señor pronunció por medio de Elías, el tisbita. En la parcela de Izreel, los perros devorarán la carne de Jezabel; (II Reyes 9, 36)

  • Ajab tenía setenta hijos en Samaría. Jehú escribió unas cartas, y las envió a Samaría, a los jefes de la ciudad, a los ancianos y a los preceptores de los hijos de Ajab. En ellas decía: (II Reyes 10, 1)

  • Entonces el mayordomo de palacio, el gobernador de la ciudad, los ancianos y los preceptores mandaron decir a Jehú: "Somos tus servidores y haremos todo lo que nos digas. No proclamaremos rey a nadie. Obra como mejor te parezca". (II Reyes 10, 5)

  • Jehú les escribió una segunda carta, en la que decía: "Si están de parte mía y aceptan obedecerme, tomen las cabezas de todos los hijos de su señor y vengan a verme mañana a esta misma hora, a Izreel". Ahora bien, los setenta hijos del rey estaban repartidos entre las personas importantes de la ciudad, que los criaban. (II Reyes 10, 6)

  • Un mensajero fue entonces a informar a Jehú: "Han traído las cabezas de los hijos del rey". Él ordenó: "Expónganlas en dos montones a la entrada de la Puerta, hasta la mañana". (II Reyes 10, 8)

  • Jehú acabó con todos los que aún quedaban de la casa de Ajab en Izreel, con todos sus nobles, sus familiares y sus sacerdotes, sin dejarle ni un solo sobreviviente. (II Reyes 10, 11)

  • Jehú se encontró con los hermanos de Ocozías, rey de Judá, y dijo: "¿Quiénes son ustedes?". "Somos los hermanos de Ocozías, le respondieron, y bajamos a saludar a los hijos del rey y a los hijos de la reina madre". (II Reyes 10, 13)

  • Jehú partió de allí, y se encontró con Jonadab, hijo de Recab, que venía a su encuentro. Él lo saludó y le dijo: "¿Eres tan leal conmigo como yo lo soy contigo?". Jonadab respondió: "Así es". "Si es así, dame la mano", replicó Jehú. Él se la dio, y Jehú lo hizo subir a su carro, (II Reyes 10, 15)

  • Jehú reunió luego a todo el pueblo y le dijo: "Ajab sirvió poco a Baal; Jehú lo servirá mucho más. (II Reyes 10, 18)

  • Ahora, convóquenme a todos los profetas de Baal, a todos sus fieles y a todos sus sacerdotes. Que no falte nadie, porque voy a ofrecer un gran sacrificio a Baal. Todo el que falte no sobrevivirá". Pero Jehú obraba con astucia, a fin de hacer desaparecer a los fieles de Baal. (II Reyes 10, 19)

  • y Jehú envió mensajeros por todo Israel. Entonces vinieron todos los fieles de Baal, no quedó nadie sin venir. Entraron en el templo de Baal, y el templo se llenó de bote en bote. (II Reyes 10, 21)

  • Jehú dijo al encargado del vestuario: "Saquen las vestiduras para todos los fieles de Baal". Él sacó las vestiduras. (II Reyes 10, 22)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina