Encontrados 35 resultados para: Urías

  • El sacerdote Urías hizo todo lo que le había ordenado el rey Ajaz. (II Reyes 16, 16)

  • Urías, el hitita; Zabad, hijo de Ajlai; (I Crónicas 11, 41)

  • El cuarto día, fueron pesados la plata, el oro y los utensilios en la Casa de nuestro Dios, y se entregó todo al sacerdote Meremot, hijo de Urías, y a Eleazar, hijo de Pinjás, junto a los cuales estaban los levitas Josabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binuí. (Esdras 8, 33)

  • Junto a ellos trabajó Meremot, hijo de Urías, hijo de Hacós; luego Mesulám, hijo de Berequías, y a continuación Sadoc, hijo de Baaná. (Nehemías 3, 4)

  • Después de él trabajó Meremot, hijo de Urías, hijo de Hacós: él reparó otro sector, desde la puerta de la casa de Eliasib hasta el extremo de la misma. (Nehemías 3, 21)

  • Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tarima de madera que habían hecho para esa ocasión. Junto a él, a su derecha, estaban Matitías, Semá, Anaías, Urías, Jilquías y Maaseías, y a su izquierda Pedaías, Misael, Malquías, Jasúm, Jasbadaná, Zacarías y Mesulám. (Nehemías 8, 4)

  • Yo puse como testigos fidedignos al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Baraquías. (Isaías 8, 2)

  • Hubo además otro hombre que profetizaba en nombre del Señor: Urías, hijo de Semaías, de Quiriat Iearím. Él profetizó contra esta ciudad y contra este país en los mismos términos que Jeremías. (Jeremías 26, 20)

  • El rey Joaquím, todos sus guardias y los jefes oyeron sus palabras, y el rey intentó darle muerte. Al enterarse, Urías sintió temor y huyó a Egipto. (Jeremías 26, 21)

  • Ellos sacaron a Urías de Egipto y lo llevaron ante el rey Joaquím, que lo hizo matar con la espada y arrojó su cadáver a la fosa común. (Jeremías 26, 23)

  • Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. (Mateo 1, 6)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina