Encontrados 166 resultados para: alma
el alma de un hombre suele advertir a menudo mejor que siete vigías apostados sobre una altura. (Eclesiástico 37, 14)
Hay dos naciones que detesta mi alma, y la tercera, no es una nación: (Eclesiástico 50, 25)
y de las flechas de una lengua maligna. Mi alma estaba al borde de la muerte, mi vida había descendido cerca del Abismo. (Eclesiástico 51, 6)
Mi alma luchó para alcanzarla, fui minucioso en la práctica de la Ley, extendí mis manos hacia el cielo y deploré lo que ignoraba de ella. (Eclesiástico 51, 19)
Hacia ella dirigí mi alma y, conservándome puro, la encontré. Con ella adquirí inteligencia desde el comienzo, por eso no seré abandonado. (Eclesiástico 51, 20)
Sus lunas nuevas y solemnidades las detesto con toda mi alma; se han vuelto para mí una carga que estoy cansado de soportar. (Isaías 1, 14)
La gloria de su bosque y su vergel, la consumirá en cuerpo y alma, como se va extinguiendo un agonizante; (Isaías 10, 18)
Gritan Jesbón y Elealé hasta en Iahás se hace oír su voz. Por eso se estremecen las entrañas de Moab, hasta su alma se estremece. (Isaías 15, 4)
Sí, en la senda trazada por tus juicios, esperamos en ti, Señor: tu Nombre y tu recuerdo son el deseo de nuestra alma. (Isaías 26, 8)
Mi alma te desea por la noche, y mi espíritu te busca de madrugada, porque cuando tus juicios se ejercen sobre la tierra, los habitantes del mundo aprenden la justicia. (Isaías 26, 9)
¿Qué diré para que me responda, si es él quien lo hace? Andaré errante a lo largo de mis años, con amargura en el alma. (Isaías 38, 15)
Este es mi Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. (Isaías 42, 1)