Encontrados 119 resultados para: caballos/page/1

  • Ellos trajeron sus animales a José, y él les dio pan a cambio de caballos, ovejas, vacas y asnos. Y durante aquel año los abasteció de víveres a cambio de todos sus animales. (Génesis 47, 17)

  • la mano del Señor enviará una peste mortífera contra el ganado que está en los campos: contra los caballos, los asnos, los camellos, los bueyes y el ganado menor. (Exodo 9, 3)

  • Los egipcios los persiguieron con los caballos y los carros de guerra del Faraón, los conductores de los carros y todo su ejército; y los alcanzaron cuando estaban acampados junto al mar, cerca de Pihajirot, frente a Baal Sefón. (Exodo 14, 9)

  • Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor: "Cantaré al Señor, que se ha cubierto de gloria: él hundió en el mar los caballos y los carros. (Exodo 15, 1)

  • Y Miriam repetía: "Canten al Señor, que se ha cubierto de gloria: él hundió en el mar los caballos y los carros". (Exodo 15, 21)

  • El rey no deberá tener muchos caballos ni hacer que el pueblo regrese a Egipto, con el pretexto de aumentar su caballería; porque el Señor, tu Dios, ha dicho: "No regresen nunca más por ese camino". (Deuteronomio 17, 16)

  • Cuando salgas a combatir contra tus enemigos y veas caballos, carros de guerra y un ejército más numeroso que tú, no les tengas miedo: el Señor, tu Dios, el mismo que te hizo salir de Egipto, está contigo. (Deuteronomio 20, 1)

  • Los cinco reyes salieron con todas sus tropas -que formaban una multitud tan numerosa como la arena que está a la orilla del mar- y con una enorme cantidad de carros de guerra y caballos. (Josué 11, 4)

  • Pero el Señor dijo a Josué: "No les tengas miedo, porque mañana, a esta misma hora, yo haré que estén todos muertos delante de Israel. Tú mutilarás sus caballos y quemarás sus carros de guerra". (Josué 11, 6)

  • Y Josué los trató como el Señor se lo había mandado: mutiló a sus caballos y quemó sus carros de guerra. (Josué 11, 9)

  • Los cascos de los caballos martillaron el suelo, al galope, al galope de sus corceles. (Jueces 5, 22)

  • El joven respondió: "Yo estaba por casualidad en el monte Gelboé, y de pronto vi a Saúl apoyado en su lanza, mientras los carros y los caballos lo perseguían de cerca. (II Samuel 1, 6)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina