Encontrados 324 resultados para: campo de batalla

  • Señor, yo clamo a ti, porque el fuego ha devorado los pastizales de la estepa, las llamas han consumido todos los árboles del campo. (Joel 1, 19)

  • Hasta los animales del campo suspiran por ti, porque los cauces de agua se han secado, y el fuego ha devorado los pastizales de la estepa. (Joel 1, 20)

  • como un estrépito de carros de guerra que saltan sobre la cima de los montes; como el crepitar de la llama ardiente que devora la hojarasca; como un pueblo fuerte en orden de batalla. (Joel 2, 5)

  • ¡No teman, animales del campo! Los pastizales de la estepa han reverdecido, los árboles producen sus frutos, la higuera y la viña dan sus riquezas. (Joel 2, 22)

  • Yo les negué la lluvia tres meses antes de la cosecha; hice llover sobre una ciudad y sobre la otra no; un campo recibía la lluvia y el campo donde no llovía, se secaba; (Amós 4, 7)

  • Yo haré de Samaría un campo de ruinas, una tierra para plantar viñedos; haré rodar sus piedras hasta el valle y pondré al desnudo sus cimientos. (Miqueas 1, 6)

  • Por eso, a causa de ustedes, Sión será un campo arado, Jerusalén, un montón de ruinas, y la montaña del Templo, una altura boscosa. (Miqueas 3, 12)

  • Los carros avanzan con furia en campo abierto y se precipitan sobre las plazas; su aspecto es como de antorchas, corren de aquí para allá como relámpagos. (Nahún 2, 5)

  • Por eso, juro por mi vida -oráculo del Señor de los ejércitos, Dios de Israel- Moab quedará como Sodoma y los amonitas como Gomorra: un campo de cardos, una mina de sal, una tierra desolada para siempre. El resto de mi pueblo los saqueará, lo que quede de mi nación los heredará. (Sofonías 2, 9)

  • Pidan al Señor la lluvia en el tiempo de la primavera. El Señor es el que produce los relámpagos; él les dará una lluvia abundante, y a cada uno la hierba en su campo. (Zacarías 10, 1)

  • Entonces el Señor saldrá a combatir contra esas naciones, como cuando él combate en el día de la batalla. (Zacarías 14, 3)

  • Yo les espantaré la langosta, para que no destruya los frutos de la tierra y la viña no les quede estéril en el campo, dice el Señor de los ejércitos. (Malaquías 3, 11)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina