Encontrados 11 resultados para: cautivo
Al enterarse de que su pariente Lot había sido llevado cautivo, Abrám reclutó a la gente que estaba a su servicio -trescientos dieciocho hombres nacidos en su casa- y persiguió a los invasores hasta Dan. (Génesis 14, 14)
el hijo de Baal, Beerá, a quien Tiglat Piléser, rey de Asiria, llevó cautivo. Este era jefe de los Rubenitas. (I Crónicas 5, 6)
Después que me deportaron a Asiria y fui llevado cautivo, llegué a Nínive. Todos mis hermanos y mis compatriotas comían de los manjares de los paganos. (Tobías 1, 10)
Sus sandalias deslumbraron los ojos del guerrero, su hermosura le cautivó el corazón... ¡y la espada le cortó la cabeza! (Judit 16, 9)
Una palabra me llegó furtivamente, su leve susurro cautivó mis oídos. (Job 4, 12)
A todo judío llevado cautivo de Judá a cualquier parte de mi reino, le concedo la libertad gratuitamente, y ninguno estará obligado a pagar impuestos, ni siquiera los del ganado. (I Macabeos 10, 33)
¿Se le puede quitar el botín a un guerrero? ¿Se le escapa el cautivo al vencedor? (Isaías 49, 24)
Ahora bien, así habla el Señor: Sí, al guerrero se le quitará el cautivo y al violento se le escapará el botín; yo mismo litigaré con tus litigantes y yo mismo salvaré a tus hijos. (Isaías 49, 25)
Luego Ismael llevó cautivo a todo el resto de la gente que estaba en Mispá, así como también a las hijas del rey, que Nebuzaradán, comandante de la guardia, había confiado a Godolías, hijo de Ajicám. Ismael, hijo de Natanías, los llevó cautivos y partió con la intención de pasar a territorio amonita. (Jeremías 41, 10)
Iojanán, hijo de Caréaj, y todos los jefes de las tropas que lo acompañaban, tomaron a todo el resto del pueblo que Ismael, hijo de Natanías, se había llevado cautivo desde Mispá, después de dar muerte a Godolías, hijo de Ajicám: eran hombres de guerra, mujeres, niños y eunucos, a los que él hizo volver de Gabaón. (Jeremías 41, 16)
El día en que estabas allí presente, cuando los extranjeros llevaban a su ejército cautivo, cuando extraños franqueaban sus puertas y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos. (Abdías 1, 11)