Encontrados 412 resultados para: poder

  • Así se independizó Edóm del poder de Judá, hasta el día de hoy. En aquel tiempo, también se rebeló Libná. (II Reyes 8, 22)

  • Entonces Joás, hijo de Joacaz, recuperó del poder de Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que Jazael había arrebatado con las armas a su padre Joacaz. Joás lo derrotó tres veces, y así recuperó las ciudades de Israel. (II Reyes 13, 25)

  • Cuando su poder real quedó plenamente afianzado, mató a los servidores que habían dado muerte al rey, su padre. (II Reyes 14, 5)

  • Pul, rey de Asiria, invadió el país, y Menajém le entregó mil talentos de plata, para que lo ayudara a afianzar en sus manos el poder real. (II Reyes 15, 19)

  • Ajaz envió mensajeros a Tiglat Piléser, rey de Asiria, para decirle: "Soy tu servidor y tu hijo; sube a salvarme del poder del rey de Arám y del rey de Israel, que se han levantado contra mí". (II Reyes 16, 7)

  • Esto sucedió porque los israelitas pecaron contra el Señor, su Dios, que los había hecho subir del país de Egipto, librándolos del poder del Faraón, rey de Egipto, y porque habían venerado a otros dioses. (II Reyes 17, 7)

  • Sólo temerán al Señor, que los hizo salir de Egipto con gran poder y brazo extendido; se postrarán delante de él y le ofrecerán sacrificios. (II Reyes 17, 36)

  • En poder de los hijos de Manasés estaban Bet Seán, Tanac, Meguido y Dor, todos ellos con sus respectivos poblados adyacentes. En estas ciudades habitaban los hijos de José, hijo de Israel. (I Crónicas 7, 29)

  • ¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro; (I Crónicas 16, 11)

  • en su presencia hay esplendor y majestad, en su Santuario, poder y hermosura. (I Crónicas 16, 27)

  • Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor; (I Crónicas 16, 28)

  • Todos estos eran hijos de Hemán, el vidente del rey en los asuntos referentes a Dios. Para exaltar su poder, Dios había dado a Hemán catorce hijos y tres hijas. (I Crónicas 25, 5)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina