Encontrados 812 resultados para: Judá y Simeón

  • Les pasó revista en Bézec. Eran trescientos mil de Israel y treinta mil de Judá. (I Samuel 11, 8)

  • Saúl convocó al pueblo y le pasó revista en Telán: doscientos mil de infantería y diez mil hombres de Judá. (I Samuel 15, 4)

  • Los filisteos reunieron sus tropas para la guerra; se concentraron en Soco, que pertenece a Judá, y pusieron su campamento entre Soco y Azeca, en Efes Damín. (I Samuel 17, 1)

  • David era el hijo de un efrateo de Belén de Judá, llamado Jesé, que tenía ocho hijos. Este hombre, en tiempos de Saúl, era ya viejo, muy entrado en años. (I Samuel 17, 12)

  • Entonces los hombres de Israel y de Judá, lanzando gritos de guerra, persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Y muchos filisteos cayeron muertos en el camino desde Saráyim hasta Gat y Ecrón. (I Samuel 17, 52)

  • pero todos en Israel y Judá querían a David, porque él dirigía todas sus actuaciones. (I Samuel 18, 16)

  • Pero el profeta Gad dijo a David: "No te quedes en el refugio. Vete y entra en la tierra de Judá". David partió y llegó al bosque de Járet. (I Samuel 22, 5)

  • Pero los hombres de David le dijeron: "Mira, aquí, en Judá, vivimos asaltados por el terror; ¡cuánto más si vamos a Queilá contra las filas de los filisteos!". (I Samuel 23, 3)

  • Observad y reconoced todos los escondites donde se oculta y traedme una información exacta; entonces yo iré con vosotros y, si está en el país, yo le buscaré entre todas las familias de Judá". (I Samuel 23, 23)

  • Aquel mismo día Aquís le dio Sicelag. Por eso Sicelag pertenece al rey de Judá hasta el día de hoy. (I Samuel 27, 6)

  • Cuando Aquís preguntaba: "¿Dónde habéis hecho incursión hoy?", David respondía: "En el Negueb de Judá, en el Negueb de Yerajmeel, en el Negueb de los quenitas". (I Samuel 27, 10)

  • Hemos hecho una incursión en el sur de los quereteos, de Judá y de Caleb. A Sicelag le prendimos fuego". (I Samuel 30, 14)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina