Encontrados 98 resultados para: Promesa

  • Elcaná, su marido, fue con toda su familia para ofrecer al Señor el sacrificio anual y cumplir su promesa. (I Samuel 1, 21)

  • Elcaná respondió a su mujer: "Haz lo que mejor te parezca; quédate hasta que le hayas destetado. Que el Señor te conceda cumplir tu promesa". Ella se quedó en casa y amamantó al niño hasta que lo destetó. (I Samuel 1, 23)

  • Y aun esto es todavía poco para ti, Señor, y extiendes también tu promesa a la casa de tu siervo para un futuro lejano, para la duración misma de la humanidad. (II Samuel 7, 19)

  • Y ahora, Señor, mantén firme para siempre la promesa que has hecho a tu siervo y a su casa, y haz como has dicho. (II Samuel 7, 25)

  • Sí, Señor, tú eres Dios, tus palabras son verdad, y has hecho a tu siervo esta gran promesa. (II Samuel 7, 28)

  • para que el Señor cumpla la promesa que me hizo: Si tus hijos cumplen con su deber, andando en mi presencia fielmente con todo su corazón y toda su alma, no te faltará jamás alguien que se siente sobre el trono de Israel. (I Reyes 2, 4)

  • ¡Vive el Señor, que me ha confirmado y me ha puesto en el trono de mi padre, David, y que me ha fundado una casa, según su promesa, que hoy morirá Adonías!". (I Reyes 2, 24)

  • "Por este templo que estás construyendo te prometo que, si caminas según mis leyes, pones en práctica mis mandamientos y cumples todos mis preceptos, cumpliré contigo la promesa que hice a tu padre, David. (I Reyes 6, 12)

  • Tú has cumplido la promesa que hiciste a tu siervo David, mi padre; tus manos han realizado lo que tus labios habían prometido, como hoy se ve. (I Reyes 8, 24)

  • Así, pues, Dios de Israel, que se cumpla la promesa que hiciste a tu siervo David, mi padre. (I Reyes 8, 26)

  • La tinaja de harina no se vació, ni disminuyó la orza del aceite, según la promesa que el Señor había hecho por medio de Elías. (I Reyes 17, 16)

  • Sin embargo, el Señor no quiso exterminar a Judá, en atención a David, su siervo, conforme a la promesa que le había hecho de conservarle para siempre una lámpara para sus hijos. (II Reyes 8, 19)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina