Encontrados 36 resultados para: arena

  • Como la arena sería tu descendencia, como sus granos el fruto de tus entrañas. Tu nombre no hubiera sido jamás borrado y extirpado de mi presencia. (Isaías 48, 19)

  • ¿No lograréis temerme -dice el Señor-, no temblaréis ante mí, que he puesto la arena como límite al mar, como barrera eterna que no ha de traspasar? Por más que se agita, es impotente; sus olas braman, mas no la rebasarán. (Jeremías 5, 22)

  • Sus viudas son más numerosas que la arena del mar. Sobre las madres de jóvenes guerreros he traído, en pleno día, al devastador; hago caer sobre ellas de repente terror y espanto. (Jeremías 15, 8)

  • a quienes prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo, como la arena de las playas del mar. (Daniel 3, 36)

  • El número de los israelitas será como la arena del mar, que no se puede medir ni calcular. Y en aquella época, en lugar de decirles: "No-mi-pueblo", se les dirá: "Hijos-de-Dios-vivo". (Oseas 2, 1)

  • Todos vienen para saquear; el ardor de su cara es como el viento del este, amontonan cautivos como arena. (Habacuc 1, 9)

  • Y todo el que escucha mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre insensato que ha construido su casa sobre arena. (Mateo 7, 26)

  • Pero el que escucha mis palabras y no las pone en práctica se parece al que construyó una casa sobre la arena, sin cimiento; chocó el río contra ella, y rápidamente se cayó y se arruinó totalmente". (Lucas 6, 49)

  • Isaías clama sobre Israel: Aunque el número de los israelitas fuera como la arena del mar, sólo un resto se salvará; (Romanos 9, 27)

  • Precisamente por esto, de un solo hombre, ya casi muerto, nació una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo y como los incontables granos de arena que hay en las playas del mar. (Hebreos 11, 12)

  • El dragón se plantó sobre la arena del mar. (Apocalipsis 12, 18)

  • y saldrá a seducir a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y Magog, con el fin de reunirlos para la batalla, en número tan grande como la arena del mar. (Apocalipsis 20, 8)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina