Encontrados 112 resultados para: ayuda divina
Sus técnicos construyeron en Jerusalén máquinas lanzaflechas y lanzapiedras, que puso en las torres y en los ángulos de las murallas. Con la ayuda milagrosa de Dios, su poder y su fama fueron muy grandes. (II Crónicas 26, 15)
Por entonces el rey Acaz pidió ayuda al rey de Asiria. (II Crónicas 28, 16)
Salió de Babilonia el día uno del primer mes, y el día uno del quinto mes, con la ayuda de Dios, llegó a Jerusalén, (Esdras 7, 9)
que me granjeó el favor del rey, de sus consejeros y de todos los funcionarios reales más influyentes! Así yo, animado por la ayuda del Señor, mi Dios, convoqué a los israelitas más importantes para que vinieran conmigo. (Esdras 7, 28)
Y gracias a la ayuda bondadosa de nuestro Dios, nos trajeron a Serebías, un hombre prudente, descendiente de Majlí, de Leví, de Israel, con sus hijos y hermanos: dieciocho personas en total; (Esdras 8, 18)
Luego me levanté de noche, con unos cuantos hombres, sin manifestar a nadie lo que por inspiración divina iba a hacer por Jerusalén, llevando sólo el caballo que yo montaba. (Nehemías 2, 12)
Cuando nuestros enemigos lo supieron, se llenaron de miedo y se sintieron humillados al reconocer que esta obra había sido realizada con la ayuda de nuestro Dios. (Nehemías 6, 16)
Tú creaste a Adán y le diste a Eva, su mujer, como ayuda y compañera; y de los dos ha nacido toda la raza humana. Tú dijiste: No está bien que el hombre esté solo, hagámosle una ayuda semejante a él. (Tobías 8, 6)
Cuando llegaron, les dijo: "Jefes de Betulia, escuchadme. Lo que hoy habéis dicho ante el pueblo no está bien. Habéis jurado entregar la ciudad a nuestros enemigos si Dios no viene en vuestra ayuda en estos días. (Judit 8, 11)
Por tanto, con la esperanza de que nos salve, pidámosle su ayuda; y, si le parece bien, escuchará nuestras súplicas. (Judit 8, 17)
abandonaste a sus mujeres al rapto y a sus hijos al cautiverio, y todas sus posesiones a que fueran repartidas entre tus hijos predilectos, que ardiendo en celo por ti, detestaron la profanación de su sangre e invocaron tu ayuda. (Judit 9, 4)
Si te obstinas en callar, los judíos encontrarán ayuda y salvación por otra parte, pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¡Y quién sabe si para una circunstancia como ésta no habrás llegado a ser reina!". (Ester 4, 14)