Encontrados 60 resultados para: construcción de la torre de babel

  • Por entonces Simón acampó frente a Guézer con su ejército. Construyó una torre móvil y la acercó a la ciudad; atacó una de las torres, y se apoderó de ella. (I Macabeos 13, 43)

  • Los que estaban en la torre móvil salieron a la ciudad, causando gran consternación. (I Macabeos 13, 44)

  • Pues, así como el arquitecto de una casa nueva tiene que preocuparse de toda la construcción, mientras que los pintores y decoradores sólo se preocupan de la ornamentación, así creo que nos sucede a nosotros. (II Macabeos 2, 29)

  • Sólo a la iniciativa de los que lo llevaban se debió que aquel dinero, enviado para el sacrificio de Hércules, se empleara en la construcción de trirremes. (II Macabeos 4, 20)

  • Se alza allí una torre de veinticinco metros, llena de cenizas ardientes y que hace resbalar a las cenizas lo que se le pone encima. (II Macabeos 13, 5)

  • El nombre del Señor es torre fuerte, en ella se refugia el justo y está seguro. (Proverbios 18, 10)

  • Como torre de David tu cuello, edificada como fortaleza; mil escudos de ella penden, todos los paveses de los héroes. (Cantar 4, 4)

  • Tu cuello, una torre de marfil. Tus ojos, como las piscinas de Jesbón junto a las puertas de Bat-Rabín. Tu nariz, como la torre del Líbano, vigía que mira hacia Damasco. (Cantar 7, 5)

  • Porque el barco lo ideó la sed de lucro, la sabiduría fue el artífice de su construcción; (Sabiduría 14, 2)

  • Mujer que se vende vale un comino, la casada es torre de la muerte para los que la gozan; (Eclesiástico 26, 22)

  • Pues el alma del hombre suele descubrir esas cosas mejor que siete vigías apostados en la torre del centinela. (Eclesiástico 37, 14)

  • La cavó, quitó las piedras, plantó cepas selectas; en medio de ella construyó una torre y excavó también un lagar; esperaba que produjera uvas, pero sólo produjo agrazones. (Isaías 5, 2)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina