Encontrados 63 resultados para: jericó

  • Cuando supo Adonisedec, rey de Jerusalén, que Josué había tomado Ay y la había entregado al exterminio, tratando a Ay y a su rey como había tratado a Jericó y a su rey, y que los habitantes de Gabaón habían hecho las paces con Israel y que estaban con él, (Josué 10, 1)

  • Ese mismo día Josué tomó a Maqueda y la destruyó; pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella sin dejar ni un superviviente; al rey de Maqueda lo trató como había tratado al rey de Jericó. (Josué 10, 28)

  • El Señor la entregó también, con su rey, en manos de Israel, que la pasó a filo de espada con todos los que vivían en ella sin dejar un superviviente. Y trató a su rey como había tratado al de Jericó. (Josué 10, 30)

  • El rey de Jericó, el de Ay, (Josué 12, 9)

  • Éstas fueron las particiones hechas por Moisés en la estepa de Moab, en Transjordania, frente a Jericó, al oriente. (Josué 13, 32)

  • El territorio que tocó en suerte a los hijos de José iba desde el Jordán al este de Jericó, y subía desde Jericó a la montaña de Betel. (Josué 16, 1)

  • de Yanoaj bajaba a Atarot y a Naarat, tocaba Jericó y terminaba en el Jordán. (Josué 16, 7)

  • Su frontera por el norte partía del Jordán, subía por la pendiente norte de Jericó, cruzaba la montaña, hacia occidente, y terminaba en el desierto de Bet Avén; (Josué 18, 12)

  • Las ciudades de la tribu de Benjamín, por clanes, eran: Jericó, Bet Joglá, Émec Cesís, (Josué 18, 21)

  • En Transjordania, al este de Jericó, en la meseta del desierto: Béser, de la tribu de Rubén; Ramot Galaad, de la tribu de Gad, y Golán-Basán, de la tribu de Manasés. (Josué 20, 8)

  • En Transjordania, frente a Jericó, de la tribu de Rubén, como ciudades de refugio para los homicidas: Béser, en el desierto, y Yahás, en la llanura, (Josué 21, 36)

  • Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó combatieron contra vosotros, así como los amorreos, los fereceos, los cananeos, los hititas, los guirgaseos, los heveos y los jebuseos, pero yo los entregué en vuestras manos. (Josué 24, 11)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina