Encontrados 165 resultados para: montes
Todos juntos serán abandonados a las aves rapaces de los montes y a las fieras de la tierra. Allí pasarán el verano las aves de rapiña y las fieras del invierno. (Isaías 18, 6)
Los muertos son tirados a la calle, el hedor de sus cadáveres se expande, la sangre cunde de los montes. (Isaías 34, 3)
Por medio de tus esbirros has insultado al Señor, has dicho: Con mis innumerables carros he subido a la cima de los montes, hasta las cumbres últimas del Líbano; he talado sus altísimos cedros y sus más imponentes cipreses; he llegado hasta sus últimos rincones, hasta la espesura de su bosque. (Isaías 37, 24)
¿Quién ha medido las aguas con el cuenco de sus manos y ha determinado con el palmo la medida del cielo? ¿Quién ha medido toda la tierra con el metro, en la balanza ha pesado los montes y en los platillos las colinas? (Isaías 40, 12)
Mira, yo te convierto en trillo nuevo, de doble hilera de dientes; trillarás los montes, los pulverizarás, reducirás a paja las colinas. (Isaías 41, 15)
Alcen su voz el desierto y sus ciudades, las aldeas en que habita Quedar; aclamen los habitantes de Petra, desde lo alto de los montes lancen gritos. (Isaías 42, 11)
Voy a secar montes y colinas, agostaré todo su verdor; trocaré los ríos en tierra seca y secaré los pantanos. (Isaías 42, 15)
Cielos, gritad de gozo; alégrate, tierra; montes, saltad de júbilo, pues el Señor ha consolado a su pueblo, se ha compadecido de los desgraciados. (Isaías 49, 13)
¡Oh, qué bellos son por los montes los pies del mensajero de albricias, que anuncia la paz, que trae la dicha, que anuncia la salvación y dice a Sión: ¡Tu Dios reina! (Isaías 52, 7)
Vacilarán los montes, las colinas se conmoverán; pero mi bondad hacia ti no desaparecerá ni vacilará mi alianza de paz -dice el Señor-, el que de ti se compadece. (Isaías 54, 10)
Sí, partiréis con alegría y en paz seréis llevados; montes y colinas prorrumpirán ante vosotros en gritos de alegría, y todos los árboles del campo aplaudirán. (Isaías 55, 12)
de sus crímenes y los de sus padres juntamente -dice el Señor-, los que quemaron incienso en los montes y en las colinas me ultrajaron. Mediré bien su merecido y se lo echaré en su corazón. (Isaías 65, 7)