Encontrados 990 resultados para: nuevo corazón

  • Y ahora, Israel, ¿qué es lo que te pide el Señor, tu Dios? Que respetes al Señor, tu Dios; que sigas sus caminos, que le sirvas y que le ames con todo tu corazón y con toda tu alma; (Deuteronomio 10, 12)

  • Circuncidad vuestro corazón y no sigáis más con vuestra cabeza dura, (Deuteronomio 10, 16)

  • Si cumplís los mandamientos que yo os prescribo hoy, amando al Señor vuestro Dios y sirviéndole con todo vuestro corazón y toda vuestra alma, (Deuteronomio 11, 13)

  • Tened cuidado que no sea seducido vuestro corazón, y prevaricando sirváis a otros dioses rindiéndoles adoración, (Deuteronomio 11, 16)

  • Grabad en vuestro corazón y en vuestra alma estas palabras que hoy os digo, atadlas a vuestras manos como señal y ponedlas como frontal entre vuestros ojos. (Deuteronomio 11, 18)

  • no escuches las palabras de tal profeta ni los sueños de tal soñador. El Señor, vuestro Dios, quiere probaros para ver si realmente le amáis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. (Deuteronomio 13, 4)

  • Si hay en medio de ti un necesitado, uno de tus hermanos, en una de las ciudades de la tierra que el Señor, tu Dios, te da, no endurecerás tu corazón ni cerrarás la mano a tu hermano pobre, (Deuteronomio 15, 7)

  • Pero ese rey no debe tener muchos caballos ni enviar de nuevo gente a Egipto para aumentar su caballería, pues el Señor, tu Dios, ha dicho: No volváis nunca jamás por ese camino. (Deuteronomio 17, 16)

  • No debe tener muchas mujeres, para que no se desvíe su corazón, ni grandes cantidades de oro o plata. (Deuteronomio 17, 17)

  • diciendo: ¡Escucha, Israel! Hoy mismo vais a dar la batalla contra vuestros enemigos. No desfallezca vuestro corazón. No temáis, no tembléis ni os asustéis ante ellos, (Deuteronomio 20, 3)

  • al atardecer se lavará y, al ponerse el sol, podrá entrar de nuevo en el campamento. (Deuteronomio 23, 12)

  • Tomarás de nuevo la palabra y dirás ante el Señor, tu Dios: Mi padre era un arameo errante, que bajó a Egipto. Allí se quedó con unas pocas personas más; pero pronto se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. (Deuteronomio 26, 5)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina