Encontrados 250 resultados para: historia de Abraham

  • Por eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común, (Romanos 4, 16)

  • como dice la Escritura: Te he constituido padre de muchas naciones. Abraham es nuestro padre a los ojos de aquel en quien creyó: el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen. (Romanos 4, 17)

  • Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó y llegó a ser padre de muchas naciones, como se le había anunciado: Así será tu descendencia. (Romanos 4, 18)

  • Pero cuando dice la Escritura: Dios tuvo en cuenta su fe, no se refiere únicamente a Abraham, sino también a nosotros, (Romanos 4, 23)

  • Como tampoco todos los descendientes de Abraham son hijos suyos, sino que como dice la Escritura: De Isaac nacerá tu descendencia. (Romanos 9, 7)

  • Entonces me pregunto: ¿Dios habrá rechazado a su Pueblo? ¡Nada de eso! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham y miembro de la tribu de Benjamín. (Romanos 11, 1)

  • Dios no ha rechazado a su Pueblo, al que eligió de antemano. ¿Ustedes no saben acaso lo que dice la Escritura en la historia de Elías? Él se quejó de Israel delante de Dios, diciendo: (Romanos 11, 2)

  • ¿Ellos son hebreos? Yo también lo soy. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también. (II Corintios 11, 22)

  • Es el caso de Abraham, que creyó en Dios, y esto le fue tenido en cuenta para su justificación. (Gálatas 3, 6)

  • Reconozcan, entonces, que los verdaderos hijos de Abraham son los que tienen fe. (Gálatas 3, 7)

  • La Escritura, previendo que Dios justificaría a los paganos por la fe, anticipó esta buena noticia a Abraham, prometiéndole: En ti serán bendecidas todas las naciones. (Gálatas 3, 8)

  • De esa manera, los que creen son los que participan de la bendición de Abraham, el creyente. (Gálatas 3, 9)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina