Encontrados 131 resultados para: Salvación

  • De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, (Hebreos 5, 9)

  • Queridos hermanos, aunque nos hayamos expresado de este modo, estamos convencidos de que ustedes se encuentran en la condición mejor, la que conduce a la salvación. (Hebreos 6, 9)

  • Porque gracias a la fe, el poder de Dios los conserva para la salvación dispuesta a ser revelada en el momento final. (I Pedro 1, 5)

  • seguros de alcanzar el término de esa fe, que es la salvación. (I Pedro 1, 9)

  • Esta salvación ha sido el objeto de la búsqueda y la investigación de los profetas que vaticinaron sobre la gracia destinada a ustedes. (I Pedro 1, 10)

  • Como niños recién nacidos, deseen la leche pura de la Palabra, que los hará crecer para la salvación, (I Pedro 2, 2)

  • Tengan en cuenta que la paciencia del Señor es para nuestra salvación, como les ha escrito nuestro hermano Pablo, conforme a la sabiduría que le ha sido dada, (II Pedro 3, 15)

  • Queridos míos, yo tenía un gran deseo de escribirles acerca de nuestra común salvación, pero me he visto obligado a hacerlo con el fin de exhortarlos a combatir por la fe, que de una vez para siempre ha sido transmitida a los santos. (Judas 1, 3)

  • «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono, y del Cordero!». (Apocalipsis 7, 10)

  • Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: «Ya llegó la salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios. (Apocalipsis 12, 10)

  • Después oí algo parecido al clamor de una enorme multitud que estaba en el cielo, y exclamaba: «¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios, (Apocalipsis 19, 1)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina